La crisis del mercado de transferencias está completamente superada. Tres temporadas consecutivas al alza han contribuído a que el precio medio de las compra-ventas haya alcanzado los mismos niveles que hace cinco campañas.
El espectacular 56,4% de subida durante las últimas 16 semanas se debe fundamentalmente a dos factores: (1) las medidas económicas directas (más taquilla y patrocinios, menor coste de ampliación del estadio, reducción de los salarios) y (2) los cambios en el motor de juego, que ralentizan la mejora de los jugadores y los revalorizan (entrenamiento de condición, penalización a los veteranos, potenciación de las secundarias).
Este cambio en el mercado viene acompañado por otros. Lo más notable, que la inflación propicia el regreso a Hattrick de un viejo conocido que estaba casi olvidado: el daytrading. Por su parte, el entrenamiento residual y su explotación en el mercado se reducen drásticamente porque los jugadores que no han jugado durante la semana dejan de sumar ese pequeño plus. El step, por su parte, cede terreno por la pujanza del daytrading y por la pérdida de relevancia de su socio natural -el entrenamiento residual-. Por último, el incremento generalizado de precios también ha dado un fuerte golpe a la generalización del alquiler de divinos, pues contratar a los mejores jugadores tiene ahora un coste muy alto (los divinos han multiplicado hasta por diez su precio).
Las perspectivas para la nueva temporada son buenas y la tendencia al alza parece asegurada, aunque el panorama en el mercado se verá sin duda ensombrecido por dos elementos nuevos: la desaparición del ahorro en los salarios de los jugadores en las dos últimas semanas de la temporada y, sobre todo, el descenso generalizado en las taquillas de todos los clubes por el nuevo y errático comportamientos de los aficionados.
Antonio Barandiarán Piedra / ABP 