Tras el estreno de la última entrega de las aventuras de Batman titulada The Dark Knight -El caballero oscuro- la duda corroe a todos los hattrickeros al salir de la sala. ¿Es Joker en realidad uno de los clowns despedidos del juego? ¿Es una de las víctimas del clownicidio que ha vuelto para vengarse?
Es muy relevante destacar aquí que en la primeras versiones del guión, posteriormente reelaboradas, la palabra utilizada por Joker no era caos sino random. El propósito del payaso no sería otro que trasladar la aleatoriedad que tanta desesperación causa en los foros de Hattrick y que, según él, muestra la injusticia que sufren muchos managers para lograr un buen resultado pese a haber preparado meticulosamente un partido y ser, en apariencia, superiores al rival. Algunos expertos van más allá y apuntan que la expresión EJEA, que sirve para denominar estos resultados sumamente improbables, significaría en realidad El Joker Es Asín.
Insistentes rumores señalan que si se realiza la búsqueda del ID de Joker en Hattrick, el mensaje dice «Fue visto por última vez sembrando el ramdom en Gotham City«. Esto se vería corroborado a su vez por el hecho de que la policía no encuentre datos sobre él en sus ordenadores, pues no habría información sobre sus momentos memorables, ni su historial de transferencias (ni tan siquiera por 79.500). Lamentablemente, se desconoce el ID exacto, aunque varias federaciones han organizado ya una búsqueda exhaustiva.
La idea de un clown furioso por su despido que llega a la ciudad para sembrar el random sería -según fuentes solventes de Hollywood y DC Comics- una idea original de los guionistas de la película, los hermanos Jonathan y Christopher Nolan, antiguos jugadores de HT a quienes los GM quitaron el equipo por conectarse desde el mismo ordenador y realizar transferencias entre sí. Tampoco se ha escapado a los aficionados a Hattrick la similitud entre el modus operandi de Harvey Dent, transformado en Dos caras, y la conocida moneda de simontxo.
En cualquier caso, la película es plenamente recomendable para todos, aunque si en su día despediste a tu clown tal vez tengas pesadillas en las que se te aparezca explicándote por qué sonríe, con una navaja en la mano.
Antonio Barandiarán Piedra / ABP 